viernes, 28 de octubre de 2011

Prólogo/Cap. I

Prólogo
Los gritos, las luces, los reflectores apuntando hacia nosotros, los instrumentos carísimos y profesionales que siempre habíamos anhelado y que ya estaban en nuestras manos, y delante de nosotros una enorme multitud de fans que pedía al unísono una canción más.

Sonreí; sonreíamos, al público, y no porque lo estubiéramos disfrutando. Por mi parte, ya me estaba hartando el asunto de tener que aparentar felicidad. Porque de eso consta la fama, fingir, fingir y fingir otra vez, porque todos te miran, no puedes equivocarte. Eres ídolo de miles de adolescentes y eres un ejemplo para ellos, que díficil tarea. ¿En qué momento se me ocurrió ceder? ¿Por qué nadie me dijo las consecuencias que todo esto traería?.. Todos poníamos cara de felicidad. Pero la verdad era que estábamos arruinados. Jodidamente arruinados.

Miré a Nath a sus ojos por una fracción de segundo, y en ellos veía la misma tristeza y angustia que yo estaba sintiendo en esos momentos. Incluso ella estaba cambiada. David, por su parte, tenía lo que quería,aunque lo iba a disfrutar por poco tiempo. Jeremy en el mismo escenario se balanceaba de un lado a otro. Coño. Ya se había fumado un buen otra vez.

Tomé aire, y toqué el primer acorde.. de nuestra última canción.

Capítulo I-
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#Adrian


Y, ya está, ya había llegado a casa otra vez.

El panorama era el mismo de siempre; uno que otro idiota estaba tirado en el patio, inyectándose esa aguja que todos compartían. Otros se pasaban el porro, la verdad eran bastante generosos para compartir su droga.

Suspiré. Yo no calzaba en ese mundo. No pertenecía a esa clase de personas.

También estaba Sharonn, la zorra preferida de mi papá. Con su mismo pelo teñido y el vestido rojo que se ceñía a su cuerpo; su edad no pasaba de los 25.  Viejo cerdo, viejo hijoput*. Aún no entendía como ese cerdo repugnante era mi padre; no me explicaba porqué su sangre corría por mis venas. Iba a abrir la puerta de entrada pero ella me interrumpió y me tomó del brazo.

-Adrian, cariño- hice un gesto de asco. Típico de ella decirme "cariño", como si yo fuera su hijo o algo así.- ¿Que tal las clases de bajo?

-Como siempre- me encogí de hombros. Resultaba incómodo; esta tía lo sabía todo de mi; cualquier día podía raptarme y pedir una recompenza.

- Paul quiere hablar contigo. Te está esperando dentro.

-Ok..

Sharonn volvió a lo suyo; estaba besuqueandose con un pendejo mientras intentaba robarle la billetera.

Entré a casa. Hogar, podrido, asqueroso y repugnante hogar. Había barrido el día anterior y el piso del living-comedor ya estaba lleno de envolturas de jeringa, cajas vacías, botellas de cerveza y una caja de pizza.

No me guardó; y yo no había desayunado y estaba cagado de hambre.

Y para que hablar del olor: marihuana y coca mezcladas le daban un ambiente fétido al salón.

Y por último, lo que más pena me daba ver al entrar a mi casa, era a Paul. Era una masa gigante y biscosa, con canas, arrugas y una enorme barriga; estaba en calzoncillos, sentado en el sillón leyendo unas hojas. Aún no me acostumbraba a eso. Era una imagen que tenía que ver todos los santos días y todavía no me la tragaba.

Me quedé parado ahí, mirándolo. Qué decepción.

-Hola, hijo- me miró, tenía los ojos rojos, quizás ya se había drogado denuevo. -Siéntate- señaló un puesto vació en el sillón, a su lado -Te tengo..hip! malas noticias.- también tenía hipo: se había emborrachado.

¿Malas noticias? ¡Vaya, que novedad! Ya me bastaba con tener que mamarme mi put* hogar, mi put* padre, las p*tas rameras y los drogos que se ganaban en el patio como si fuera su territorio.

-Qué pasa- dije, no pregunté, la verdad no me interesaba mucho. No me senté al lado suyo; me quedé ahí.

-¿Sabes que..hip! es esto?- estiró su obeso brazo con los papeles que tenía en su mano hacia mi, se los arrebaté con brusquedad y comenzé a leer.

El primer papel era una solicitud de divorcio; estaba firmado por un abogado.. y por Catherine Rissman.

Sentía que mis ojos se inundaban en lágrimas y que la garganta se me estaba apretando.

Mi mente comenzaba a procesar los datos, a buscar algun recuerdo, algún nombre.. algo en mi subconciente.. Hasta que encontró los resultados: Catherine Rissman era mi madre, aún tenía el apellido de mi padre, Rissman. La fecha del documento era solo desde hace un día atrás.

Yo creía que mi mamá estaba muerta. Pero no. Ella estaba viva y quería el divorcio definitivo.

Otra más de Paul: me había mentido por 15 años.

Eso no eran malas noticias, al menos para mi no. Eran exelentes noticias. Mi mamá estaba viva. Quería separarse del cerdo. Eso significaba que estaba rehaciendo su vida.

-Si, ahora que lo veo si- respondí- Y me alegro un buen. Tienes que firmar- saqué un lápiz de la funda de mi bajo, y me acerqué a el aprovechando que estaba drogado y borracho.

-Pero.. ¿Como coño quieres que.. hip! que firme?

-Solo firma, tu tranquilo.

Mientras firmaba, yo leía las otras hojas. un par de papeles hablaban datos legales sobre el divorcio, y detrás, había una carta.

Era para mi. Y Paul la leyó. De todas formas me relajé; el estaba borracho, de seguro no entendía nada. La doblé y la guardé en el bolsillo de mi pantalón, la iba a leer más tarde cuando estubiera solo.

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#Jeremy

Ya era de noche; me encontraba tirado en mi cama, tocando la guitarra. Estaba concentradísimo; era primera vez que me salía la canción que tanto había practicado, estaba apunto de terminarla..

Y, oh, genial. Algo comenzó a sonar y a vibrar en el velador. Mi celular.

Bufé pesadamente y contesté.

-¿Aló?

-Aló, Capitán América reportándose.

De pronto se me ocurrió quien podía ser a esa hora, las dos y media de la mañana. Solo Adrian, alias 'Capitán América' llamaba en ese horario.

-¿Que hay?

-Nada.. solo que mi mamá está viva.

-¡¿QUE TU MAMÁ QUÉ?!

A Adrian no le costaba nada fingir indiferencia; pero yo sabía que el estaba emocionado. Incluso hasta yo, siendo su mejor amigo, recibí el impacto de la noticia, todos creíamos que su madre estaba muerta, que se había suicidado o otras causas de muerte, pero no.

-Tal cual. A Paul le llegó hoy una solicitud de divorcio, y era de ayer.

-Todavía no lo creo, Ado. ¡Fenómeno!

-Seh, eso.

-¿Tienes algo que hacer para mañana?-pregunté, sabía que Adrian no soportaba estar en su casa; sabía por el que su papá era un bastardo, que su casa era una m*rda, pero jamás la había visto personalmente. -Ya sabes, para que hablemos mas en detalle de todo este rollo de tu madre viva.

-No.. ¿Sales a algún lado?

-En realidad es un compromiso que tenía con mamá; quiere que la acompañe a un show de talentos organizado por el colegio en donde trabaja.

-Me parece bien. Te voy a buscar entonces.

-Ven a las.. tres, por ahí.
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#Natasha

"-Prométeme.. algo..

-Si.. lo que quieras..

-Si yo muero..-apretó mi mano. ¿Morir? No, esa idea no cabía en mi cabeza, no, no.. Lo interrumpí de inmediato.

-Ya basta Ben, tu no morirás. Tu te vas a quedar aquí- acaricié su rostro, su pelo, eso si con mucho cuidado, estaba lleno de hematomas y la mascarilla que le proporcionaba oxígeno cubría sus labios y su nariz. De mis ojos brotaban lágrimas.. no las pude contener -Te quedarás aquí.. con tu familia, con tus amigos.. conmigo..

-Mírame.. y no..-verlo era la orden más difícil que me había dado, porque.. verlo así me destrozaba en mil pedazos, tal cual como si fuera un espejo que cayera al suelo.. tenía que inhalar antes de decir cada palabra, se esforzaba para hablar.. -No niegues.. la realidad..

No pude seguir conteniendo la pena, estallé en lágrimas mientras me apoyaba en su pecho, y me aferraba a el, como si fuera la última vez..

Pero no. No iba a ser la última vez. Ben se iba a quedar conmigo.

-Prométeme.. que vas a quererme si-..siempre..-me recordó, y después besó mi frente.

-Te lo prometo..- murmuré, y me quité de encima suyo; no quería ahogarlo.

Me sonrió. Y su sonrisa era radiante, era perfecta, proyectaba luz.. "


Esa fue la última vez que lo vi con vida.

-¡Tasha! ¡Vamos, porfavor! ¡Despierta!- sentí que me tomaban por los hombros y me zamarreaban.

-¿Ah?¿Qué?..- veía todo borroso, no entendía nada de lo que estaba pasando..

-Está despertando- anunció una voz masculina.

-¿Qué pasó?..- pregunté confundida.

Se me había aclarado un poco más la vista; pude observar dos rostros familiares para mi: Sophie, mi mejor amiga, y Todd, el chico que tocaba la trompeta. Estaba tirada en el suelo; me toqué la cabeza y luego miré mi mano: Sangre.

-Te bajó el azúcar otra vez mientras practicábamos.. Te desmayaste y te pegaste en la punta del piano- me explicó Phie. -Nos diste un susto tremendo. Jamás te habías desmayado por tanto..- puso una cara de horror.

-Estubiste como quince minutos inconciente- informó Todd- Y no parabas de decir "Ben".

Sophie y yo nos miramos, porque entre ambas entendíamos todo, mientras que el no entendía nada.

-Por suerte este chico tiene conocimientos básicos de primeros auxilios.

Todd se sonrojó.

-Fue solo un curso en la cruz roja nada más.- me miró- Esa herida está bien fea. Deberíamos llevarte a un médico de urgencias.

-¿Y la enfermería?- preguntó Phie.

-Está cerrada; naturalmente.. tenemos acto- Respondí.

-No, nosotros- apuntó a Todd y luego a si misma- Tendremos acto. Tu no. ¡Mírate cómo estas!

-¡No es justo!- me quejé -Meses de práctica no sirvieron para nada..

-Todd..- Sophie lo miró de manera insinuadora; típico de ella cuando quería obtener algo.-¿Te puedo pedir un favor?

-S-s-si.. lo que quieras- respondió con una cara de embobado.

-¿Puedes decirle al sonidista que ya no habrá piano? Que prepare la pista.

-Voy de inmediato.

Ahora Sophie se reía sola mientras yo la fulminaba con la mirada.

-¡No es justo!- repetí y volví a quejarme; ella me sostuvo de la mano y me levantó del suelo.

-Cuando te veas en un espejo esa herida.. ahí vamos a ver si sigues quejándote.

-¡Pero estube practicando la canción por dos meses! ¡DOS MESES!

-Supongo que.. así es la vida. A veces se puede; a veces no- me dijo mientras caminábamos hacia la salida del auditorio. -Y.. bueno, cambiando un poco el tema.. ¿Estabas soñando o algo así? Todd tenía razón. Dijiste "Ben" como unas nueve veces.

-Sophie- suspiré-sabes muy bien que ese tema no lo quiero tocar.

-¿No crees que ya es hora de superarlo? No puedes vivir aferrada a un recuerdo irreal.. A algo que ya no existe. Ben está.. muerto.

Mi amiga fue realmente cruda con lo que me dijo, tenía unas ganas de ponerme a llorar tremendas, pero me aguanté, porque estaba muy debilitada producto de la caida y el sangramiento.

Ben. Oir su nombre me debilitaba más aún.. porque ese nombre, ese hermoso nombre, me recordaba lo suaves que eran sus labios, lo cálidos y acogedores que eran sus brazos y lo segura que me sentía entre ellos.. Y más me debilitaba que no iba a poder sentir su piel, su aroma, nunca más iba a escuchar su voz en esta vida mortal.. Yo a esas alturas solo estaba esperando un milagro, que se me apareciera en una visión, o ¿Por qué no? morirme yo, a pesar de tener 15 años sentía que mi vida carecía de sentido si no lo tenía a mi lado..

Ahora estaba sola, y podía verlo solamente en mis sueños, o cuando me desmayaba, por mi mente pasaban todos los recuerdos y los buenos momentos que pasé junto a el. Al irse, el se llevó un pedazo de mi corazón, algo escencial de mi. Y si no hubiera estado Sophie apoyándome, mis papás, y sobretodo Sam, (el era algo infantil pero sin embargo supo llenar esa necesidad en mi) quizás ya me hubiera suicidado o algo por el estilo.

-No es eso, Phie. No es que viva aferrada a el, debe ser algo del subconsciente, creo- respondí -Además; sabes que tengo novio. Yo quiero a Sam, el me quiere a mi. Ninguno de los dos piensa en otra persona.

-Si.. eso- sonrió- Qué bien que estés con Sam. Es un buen chico.

Sam y yo llevábamos saliendo exactamente dos meses y tres días. Y no lo negaré; era muy guapo, rubio, solo un poco más alto que yo (cosa que me favorecía, mis 1,58 me hacían ver enana) era muy alegre y siempre me reía junto a el; pero sin embargo, Sammuel no borraba el recuerdo de Ben.

Y quizás, nadie más lo haría.